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Reducción de plástico

  • Foto del escritor: ACTUA BLOG
    ACTUA BLOG
  • 26 nov 2018
  • 4 Min. de lectura


De casi toda la basura que tapa los océanos, entre un 60% y 90%, se compone de plástico, como bolsas de plástico, botellas PET, pajillas y tapitas. Cada año, 8 millones de toneladas de plástico se vierten en las aguas, según datos de ONU Medio Ambiente. Si seguimos así, para el año 2050, puede haber más plástico que peces en los mares.

Los estragos son causados incluso en lugares remotos como las Islas Galápagos, donde se retiraron 22 toneladas de basura solo en el primer trimestre de 2018. En el medio de los desechos había hasta una botella procedente de Asia.


Entre los seres vivos que más sufren se encuentran las aves. Según un estudio publicado en agosto de 2015 en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), más del 90% de las aves marinas ya han ingerido algún tipo de plástico. Si seguimos a este ritmo, la proyección es que para el año 2050, el 99% de las especies de aves marinas tendrán plástico en el estómago.


Con este escenario, necesitamos (consumidores, industria y gobierno) tomar acción. Reciclar plástico es todavía importante y urgente. En 2015, aproximadamente 6.300 toneladas de plástico fueron a la basura, de los cuales cerca del 9% fue reciclado y el 12% incinerado; el resto (79%) terminó en vertederos, bosques y océanos. Por lo tanto, es necesario cambiar algunos hábitos para evitar su uso y reducir la producción.



1. ¿Por qué usar realmente?

¿Para qué utilizar una pajilla que minutos más tarde será desechada? Las materias primas de las pajillas, polipropileno y poliestireno, no son biodegradables y puede tomar hasta 1.000 años en descomponerse. Recházala y coméntale al local tus motivos. Vaya a saber uno, quizás se sensibilizan y cambian. Cuando no queda otra alternativa, ya existe la opción de usar pajilla de metal y bambú.


2. El papel es tu amigo (el plástico, no)

Nadie necesita bolsas de plástico. En el supermercado, pueden ser sustituidas por cajas de cartón – sin costo para ti ni para el medioambiente. Si, antes, bolsas de papel marrón y cajas de cartón eran asociadas a algo sin valor, ahora, son sinónimo de conciencia ambiental.


3. Bolsas ecológicas de la vida real

Todo el mundo ya sabe la importancia de rechazar las bolsas de plástico, llevando su propia bolsa reutilizable hecha de algún material más durable, como tela. Pero, en lugar de gastar dinero para comprar una bolsa ecológica, solo tienes que utilizar cualquier bolsa, cartera o mochila que ya tengas en casa. Eliminar o reducir el uso de bolsas de plástico tiene un impacto real (y rápido) en la vida marina.

Basta con ver lo que ocurrió en Inglaterra en los últimos años. Allí, el 30% de las bolsas de plástico dejaron de ser tiradas en el océano entre 2010 y 2017, especialmente desde que el gobierno empezó a cobrar su uso, según la Secretaría de Medioambiente, Pesca, Ciencia y Acuicultura (Centre for Environment, Fisheries and Aquaculture Science – CEFAS).


4. Frutas que ya vienen con empaque

Evita comprar frutas, verduras y hortalizas en envases de plástico, bandejas de isopor o bolsas de plástico. Coloca los productos directo en la bolsa reutilizable. Un dato interesante: el sector brasilero de alimentos es responsable del 19% del total de artículos de plástico usados en el país, quedando detrás solo la construcción civil, con el 25,7%, según la Asociación Brasilera de la Industria del Plástico (Abiplast)


5. Pancito de la mañana

A la panadería, puedes llevar las bolsas de pan que te dieron el día anterior. También sirven a la hora de llevar la merienda a la escuela o al trabajo, cualquier cosa para evitar bolsas o potes de plástico.


6. Granos, harina y frutos secos

Cuando vayas a comprar estos productos, e incluso las harinas y pasta, prefiere tiendas que vendan a granel. Hasta el precio suele ser mejor. Lleva bolsas de tela, vale reutilizar alguna que haya venido con una prenda de ropa o bisutería. Hay tiendas que aceptan que lleves tus propios envases para evitar desperdicios. En Europa, existen tiendas de desperdicio cero, con fuerte tendencia a extenderse por los alrededores.


7. ¿Agua de casa?

Muchos bares y restaurantes ofrecen agua gratis en vaso de vidrio. Incluso los lugares que todavía no se unieron a la práctica, es bueno preguntar si tienen agua filtrada para servir. Esta actitud tiene como resultado menos botellas contaminando los océanos y yendo a parar al estómago de aves y animales marinos.


8. Pequeños vasos del mal

Huye de los pequeños vasos de plástico que están al lado de los bebederos de agua. De esa forma, colaboras para que ese plástico no llegue hasta el mar y evitas el desperdicio de agua. ¿Por qué? Porque para fabricar solo uno de estos vasos, medio litro de agua se desperdicia durante el proceso, es decir, más de lo que vas a beber en el vaso. Así que, mejor llevar tu botella.


9. Pequeñas sustituciones

Una buena revisada de tus hábitos de consumo puede ayudar a romper patrones y a reducir el uso del plástico al máximo. En vez de comprar salsa de tomate en sachet (plástico revestido), prefiere salsa en lata o frasco de vidrio. De hecho, mejor aun es cocinar una olla de salsa de tomate casera y congelar para los próximos meses. La manteca se puede comprar en papel (en lugar de envase de plástico).


10. Higiene personal

Jabones líquidos, que generan toneladas de envases, se pueden cambiar por los sólidos. Copas o bragas menstruales sustituyen a los absorbentes a largo plazo, incluso sale más barato. Aunque los pañales biodegradables son caros y los de tela necesitan agua para ser lavados, aun así son alternativas más amigables con el medio ambiente que los pañales tradicionales.


11. Envases de plástico

Reemplaza los envases de plástico por los de vidrio. Son más caros pero por ser mucho más durables, compensan incluso en el bolsillo. Hay plásticos que liberan una sustancia química llamada Bisfenol A, que aumenta la incidencia de cáncer de endometrio y cáncer de ovario y puede afectar la fertilidad masculina. Aprovechando este cambio, evita el uso de desechables, como cubiertos y platos.


12. Plásticos “invisibles”

Los océanos están infestados de microplásticos de menos de 5 mm de diámetro. Este material está presente en cosméticos, sobre todo en los exfoliantes, brillantina, productos de limpieza y hasta en prendas con materiales sintéticos.


 
 
 

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